CINCO PRINCIPIOS PARA GUIAR A UN
ADOLESCENTE
Antes de iniciar con los cinco principios para guiar a un
adolescente, conteste sí o no al
siguiente cuestionario y sabrá si la “anormalidad”
de su hijo es perfectamente “normal”. Marque con una cruz las características
que corresponden a su hijo y al finalizar contabilice las respuestas
afirmativas y negativas.
No.
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Conducta/comportamiento/pensamiento
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Si
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No
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1
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No se baña.
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2
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Se aburre buena parte del día y lo aburre a usted diciéndole “estoy
aburrido”.
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3
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Chatea horas y horas por teléfono con su mejor amigo aunque acaben de
verse hace cinco minutos.
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4
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Tiene una amistad exclusiva, un “mejor amigo” por el que asegura que
sería capaz de dar la vida.
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5
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Lo responsabiliza a usted de sus fracasos personales porque los
padres, ya se sabe, tienen la culpa de
todo.
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6
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Colecciona todo tipo de objetos desde ositos de peluches y rocas, hasta lápices de colores.
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7
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Asalta el refrigerador y arrasa con las provisiones previstas para
tres semanas.
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8
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Es capaz de “olvidarse” de comer.
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9
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Se queda mirando el techo por horas como si el cielorraso se ocultara
alguna verdad por descifrar.
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Pareciera que siempre está cansado.
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11
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Le pide consejo y luego afirma que usted es un pesado por dárselo.
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Tiene respuestas del tipo: “Yo sé lo que hago, es mi vida”.
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13
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Tiene un amor imposible que puede ser tanto una persona mucho mayor
que él y comprometida como un actor de televisión o un cantante.
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Su habitación es una especie de “carro blindado” en el que se siente
protegido del mundo.
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Está siempre dispuesto a señalar sus errores y a darle cátedra de
cómo debería haber actuado en determinada circunstancia.
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Se empeña en negar y denigrar todo lo que usted considera valioso.
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Tiene una jerga propia con la que se entiende con sus amigos y de la
cual está muy orgulloso.
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Escribe poemas y canciones.
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Está seguro de que si él hubiera diseñado el mundo lo hubiera hecho
mucho mejor.
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20
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Está convencido de que toda la vida pensará lo que piensa hoy, porque
no habrá experiencia capaz de hacerle cambiar sus puntos de vista.
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Busca el vértigo, las sensaciones nuevas e intensas y por eso adora
las motos, los autos, los deportes riesgosos y la velocidad.
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21
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Es capaz de dormir doce horas seguidas, pero también de quedarse una
noche sin dormir porque un amigo tiene un problema porque “para él la amistad
es lo primero”.
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Le cuesta organizar el día.
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Miente.
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22
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No sabe lo que quiere, pero lo quiere enseguida.
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23
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Tiene ídolos como los
youtubers famosos a los que considera sus guías espirituales.
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Si su hijo presenta muchas de
estas “anormalidades”, es un adolescente normal.
Si su hijo no evidencia casi
ninguna de estas “anormalidades”, no se ilusione. Tarde o temprano las
evidenciará.
Si usted como padre o madre de
familia regresa mentalmente el tiempo y se sitúa en el momento de cuando usted
era adolescente, seguro recordará que la adolescencia fue un periodo de su vida
tanto desconcertante como maravilloso.
La Organización Mundial de la
Salud (OMS) define la adolescencia como el período de crecimiento y desarrollo
humano que se produce después de la niñez y antes de la vida adulta, entre los
10 y los 19 años. Se trata de una de las etapas de transición más importantes
en la vida del ser humano, que se caracteriza por un ritmo acelerado de
crecimiento y de cambios, superado únicamente por el que experimentan los
lactantes.
La mayoría de los expertos que
consulté, coinciden en que las etapas de la adolescencia se pueden dividir en
tres: adolescencia temprana,
generalmente entre los 12 y 13 años de edad; adolescencia media, entre los 14 y 16 años de edad; y adolescencia tardía, entre los 17 y 21
años de edad.
¿Qué pueden hacer los padres de un adolescente?
En los quince años que llevo
trabajando como consejera escolar de un centro educativo he aprendido de los adolescentes y de sus
padres. Hoy comparto con usted los siguientes cinco principios para guiar a un
adolescente:
1. Reglas claras: las reglas que se
establecen deberían idealmente ser dialogadas y escritas previamente junto a sus
hijos, de esta forma es menos probable que los adolescentes se revelen contra
ellas.
2. Trabajo en equipo de los padres: ambos
padres deben apoyarse, trabajar en equipo y no contradecirse delante de los
hijos. Si los padres se contradicen, siempre existirá “el bueno de la película”
y “el malo de la película”, esto traerá como consecuencia una manipulación en
el sistema familiar en el cuál los hijos mandan y los padres resultan cediendo
la autoridad.
3. Respetar la individualidad de los hijos:
cada hijo es único e irrepetible, los padres deben respetar la diversidad y particularidad
de cada hijo siendo tolerantes, pero con el cuidado de no ceder a todo lo que
el adolescente pide.
4. Asignar responsabilidades: las formas
de ceder responsabilidad varía de un adolescente a otro, algunas maneras de
desarrollar la responsabilidad son: guardar sus pertenencias, doblar y guardar
la ropa limpia, poner la mesa, recoger la mesa, lavar y guardad los platos, manejar
sus ahorros, etc.
5. Permitir el aburrimiento simple y
transitorio: existen estudios que indican que estar aburrido, despierta una
emoción adaptativa que nos hace ser más creativos. Es importante destacar, que
el tiempo de aburrimiento no debe ser muy prolongado porque se puede convertir
en “aburrimiento existencial”, que puede llevar al adolescente a un estado de
desesperación y conducirlo a un vacío existencial.
6. Conocer los cambios de la pubertad y la
adolescencia: es fundamental que los padres se instruyan sobre los cambios
biofisiológicos, psicológicos, intelectuales y sociales de sus hijos, para ayudar los a situarse ante ellos mismos, ante los demás y su entorno.
Además de compartir mi propia experiencia sobre los cinco principios para guiar a un adolescente,
también consulté el siguiente libro:
Tengo
un adolescente en casa ¿qué hago?, todas las respuestas para no desesperar
(2001) de Beatriz Goldberg.
Mi compromiso
contigo es ayudar a encontrar sentido a tu vida a través de mis artículos, te
pido que comentes y compartas esta información con todas las personas
que conozcas.
Alma Judith García
Salas Lemus